lunes, 30 de marzo de 2020

Amor

Tantas emociones juntas hacen estremecer al corazón, el cual responde encarecidamente ante esta tormenta sana que hace sanar cualquier enfermedad. Busco entre las letras, pero me cuesta hallar una definición que haga justicia a todo esto que me está pasando. Quizá la palabra idónea empiece por infinito... uno muy eterno.

Cumplir años en medio de estas circunstancias, donde el miedo abunda en el mundo, donde las almas se quedan en casa tras una puerta que da cobijo al hogar; cumplir años sabiendo que, dejando la familia primordial aparte, no podrás estar físicamente con la gente que quieres y que adoras... sí, es una mierda. Si sólo ves la cuarta pared perteneciente a la visión que en tu mirada se refleja.

Muchos me decían: "Espero que disfrutes de tu día a pesar de estas circunstancias." 
Mi madre hoy me preguntaba: "Pilar, ¿eres feliz?"

Y, sinceramente y sin esconderme, entre lágrimas respondo. 

Chicos, hoy ha sido duro cumplir años en este acontecimiento que estamos traspasando. Pero sí. Lo he disfrutado. He estado rodeada de una familia que me quiere, y sabiendo que no todos los días lo veo, hoy se me ha concedido el no dudar, el soñar, visualizar, sentir más que analizar... se me ha concedido ser y dejar ser, estar y dejar estar. Sí. Lo he disfrutado. Porque, a pesar de echar de menos, de estar encerrada con seis personas en no sé cuántos metros cuadrados, he sentido plenitud en todos los sentidos, elevado a todas las personas que me han felicitado o se han acordado de mí.


Mamá, sí. Soy feliz. Muy feliz. Gracias a papá, a ti por quererme como lo hacéis. A Mairena, Jesús, María y Pablo por quererme como podéis. Soy feliz. Doy gracias por esos amigos tan maravillosos, por ser y estar en las buenas y en las malas. Y a pesar de no estar con ellos hoy, los he sentido. Siempre os siento. Gracias a todos aquellos que se han acordado de mí, que han sacado un hueco para mostrarme afecto, cariño, pensamiento... Os estimo de la misma manera, creedme. Sí, mamá. Soy muy feliz. Y después de dormir unos cuantos meses, he despertado en unos tiempos que no eran ni son los míos. El Señor me lo ha concedido, y me ha dado el mejor regalo que podría esperar.

Y obviando la presencia de aquellos que quedan en el cielo, siempre conmigo van.

Perdonadme si resulto muy "cursi", pero he cumplido 21 años, y me vais a permitir todas estas palabras que se quedan cortas en correspondencia a lo que el corazón intenta manifestar. No sé si realmente merezco todo esto que estoy recibiendo. Todavía me falta tener un poco más de fe y perdón en mí. Pero sí siento orgullo de lo que tengo. De lo que obtengo. 

Sí, lo he disfrutado. Y sí, soy feliz... porque he recibido amor, mucho amor. Y este alma loca está agradecida por ello.

1 comentario:

  1. Es precioso Pilar. Enhorabuena por esta iniciativa, me encanta la profundidad Que muestras en tus palabras

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