miércoles, 29 de septiembre de 2021

Respiro

 Muchos altibajos han ocurrido durante las últimas semanas, y al igual que en una montaña rusa, me esforcé en no marearme y que el miedo a caer fuera solo una frase. No siempre lo conseguía, de hecho, casi nunca lo evitaba. No es fácil cuando tienes una mosca tras la oreja que te va contando uno a uno todos tus errores, o eso que se cree que lo son. 

Y de repente, cambias de sentido bruscamente. No sé si para bien o para mal, pero por el momento siento algo de paz. Cierto es que los factores que hacían que sintiera una caída al vacío en esa atracción de la que antes hemos hablado, siguen estando, quizá algo más dormidos, o yo estoy más despierta. Pero se agradece algo de tranquilidad en una cabeza, tantas veces, ida por completo.

Y qué curioso, que mientras escribo cómo estoy hoy, permanezco montada en un tren con destino a casa. Muchas veces me escudo en que la imaginación se encuentra perdida y que solo viene cuando interesa... Hoy se viene conmigo a hacerme compañía en el viaje. 

Hoy estoy mejor, con miedo a que la estabilidad emocional ponga de nuevo un "in" en sí misma... Pero contenta de volver a sentir la necesidad de escribir.


Empezando la carrera de Educación Social, tengo una asignatura llamada Didáctica general. El otro día hablaba el profesor de lo terapéutico que llega a ser la escritura, y de la historia profunda que puedes llegar a conocer sobre una persona a través de unas palabras que quizá nunca son dichas en voz hablada. Y yo me quedo con esto.