lunes, 29 de junio de 2020

Después de la tormenta...

Muchos pensamientos rondan por la cabeza en estos últimos días. La cabeza trata de organizarse como puede, y las palabras se han atascado hasta el punto de entrar en ausencia. Puede que lo hayas notado, pero no puedo pedir perdón por ello. Las circunstancias ponen a prueba a la inspiración, a quien realizo llamadas dándome a cambio llamadas perdidas en su buzón. Sin embargo, hago el intento de que las palabras salgan sin sentirse forzadas, ellas también tienen alma y corazón.

Pero aquí seguimos, intentando adaptarnos a un desastre que ha conseguido una unión un poco más fuerte. El pequeño ha revolucionado todo, y aun así ha sabido llevarlo mejor que los grandes. No puedo sentir más admiración por él... mientras que nosotros en casa intentamos no echarnos las manos a la cabeza en algunas ocasiones. Si todos estábamos mal de la cabeza, yo la primera, ahora ya ni os cuento. En el buen sentido. 

Aprovecho también para agradeceros a aquellos que habéis estado de alguna manera, presencial y espiritualmente hablando. Esta batalla no la hemos superado solos, de ello somos conscientes. Todavía la cuesta sigue subiendo, pero solo me salen palabras y sentimientos de gratitud a pesar de todo. Que se os conceda el ciento por uno. 

Ya sabéis... viene la calma.

miércoles, 10 de junio de 2020

Pablo

Llevas unos días malito, eso no hay quien lo pueda negar. La llegada de toda esta situación ha dado un giro de 180 grados, rompiendo todos los esquemas habidos y por haber. Incluso ha llegado a parar un tiempo que nos encerraba en monotonía. Todo esto me superó, nos superó a todos. Bien lo sabes, y la memoria también. Solo decirte que no vuelvas a dar este susto al corazón, no te permito que des otro, ¿me lees? 

Y aún así, a día de hoy, estás contento, mostrando una sonrisa que me transmite paz. "No lo entiendo" me decía a mí misma, y sigo diciéndome. Pero a estas alturas poco me importa entender, quizá es mejor no hacerlo. Y que a pesar de todo, estés contento, lo veo una gracia que viene del cielo y que personalmente me ayuda a ir con todo. 

Has sido muy valiente, dándome ejemplo con tan sólo 11 años. No ha sido casualidad nada de lo que ha pasado, cada día soy más consciente de ello... Y gracias por afrontar todo esto como lo has hecho, porque yo no podría haberlo hecho mejor. 

Vuelve pronto a casa, te echamos de menos. No te dejo que empeores, porque encima te llevarás un tirón de orejuelas jeje. Te quiero mucho Pablerillas, ya lo sabes. Y te maldigo por hacernos estudiar el verano entero!!!!!!!!

Tu Pipi que te quiere mucho mucho, no te demores más.

lunes, 1 de junio de 2020

Vorágine

Sin duda el 2020 está siendo un año que quedará escrito en la historia para no olvidar. Se han encargado de que así fuera, desde aquel 31 de diciembre de 2019, momento en el que tanta gente deseaba tener un comienzo diferente. Y así ha sucedido.

Los meses pasados responden ante sus acontecimientos, a cada cuál más surrealista en pleno siglo XXI. La razón y el entendimiento han dejado de existir, han quedado en el olvido, la tinta acabó perdiéndose entre murmullos. El sentido común dejó de tener su propia esencia en su solitaria existencia, se olvidaron de él en pleno pacto destructor.

El amor queda apartado, van recogiendo sus cenizas aquellos quienes han decidido rechazarse a sí mismos. Ahora es el odio quien encabeza el grito despiadado de los que se consideran partidarios de la justicia. Una justicia hecha a medida, perdiendo significado y recopilando muchas de ellas que no fomentan nada.

No sé si nos merecemos todo esto que nos está pasando. Quizá sí, quizá no. Nadie sabe a ciencia cierta cuál es la verdad, porque no le han permitido dejarse presentar. La mentira ahora se disfraza de verdad... y yo solo siento pena y rabia del destino que estamos persiguiendo. Porque va a costar millones de años en que la humanidad pueda perdonarse a sí misma.

Me hace gracia eso de la libertad y el respeto que se proclama hoy en día. Está claro que no tenemos el mismo concepto de estas dos palabras. Pena y rabia.

Y ojalá sentir amor por el caos.