sábado, 26 de febrero de 2022

Partida y regreso

 Después de cinco meses sin escribir, me han vuelto las ganas de contar un poco de lo mucho que ronda por mi cabeza, de poder, al menos, susurrar y poner sobre la mesa todo aquello que me pesa y me libera. Y agradezco este gesto, lo echaba de menos.

En las últimas semanas me venían pequeños flashes a la mente, dejando entrar el gusanillo de la que es una de mis pasiones. Me recordaba a mí misma todas esas veces que abría el bloc de notas del teléfono para apuntar la más mínima ocurrencia (a pesar de no acabar algunos escritos), o cuando cogía la libreta donde transcribía esas obras en papel para darles forma física, y para que no se perdieran... Esa necesidad que sentía de volver a indagar y profundizar en mis pensamientos... Pocas oportunidades se han presentado desde entonces, exceptuando algunas ocasiones que, quizá, no me apetecía verdaderamente dejarme arrastrar.

Cierto es que durante todo este tiempo he estado inmersa en diferentes cuestiones, la mayoría en los estudios, otras en dedicar algo de tiempo al descanso (o a lo que creía yo que era el descanso), y el mundo me ha llevado por delante durante estos meses, pudiendo llegar a remar a contracorriente. Y ha sido cuando, dándome cuenta de todos estos sucesos, me ha surgido de nuevo el deber de escribir.

En una de las clases de las nuevas asignaturas, me pedían un objeto con el que me identificaba, y la imagen de una pluma rondó mis pensamientos al instante. No necesité que surgiera alguna duda sobre la búsqueda de ese objeto. Algo tan liviano, frágil, vulnerable, bello. Indiqué mi pasión por la escritura, terapéutica y sanadora. Y la nostalgia cayó rendida a mis pies.

No sé con qué frecuencia daré los siguientes pasos, pero por hoy me reconforta el saber que esta pasión vuelve a arder. A buen entendedor, pocas palabras bastan. Y me apetece ir reflejando pensamientos en letras, profundizar más en lo que soy y no dejo de ser, en dejarme llevar por las emociones, esas que tantas veces trato de ocultar para no mostrar debilidad ni fragilidad... Pero que no me lleva a ningún sitio.

Lo necesito. Ya es hora de volver.