martes, 24 de agosto de 2021

Trastorno ansioso-depresivo (un poco por dentro)

 Parece ser que el trastorno vuelve a dar señales de vida, un poco más fuerte, como pasó en febrero y continuó en marzo. Llevo días sintiendo aquellos primeros síntomas que desencadenaron lo que hoy en día es una cruz. Espero que el ataque no llegue a asomar.

Insomnio, malestar, desgana, la cabeza a 1000 por hora con un contenido no muy agradable, tristeza, preocupaciones, miedos, ganas de llorar... De hecho, mientras escribo, las lágrimas van cayendo poco a poco sin poder controlarlas. Juro que no puedo, me intento contener... Pero el esfuerzo es en vano. 

Y otros síntomas que conllevan todo esto. Últimamente me he dado cuenta de que la ansiedad y la tristeza se han ido manifestando en unos textos, obviamente no publicados, y es ahora cuando las veo llegar. Releyendo todo. Y me provoca pánico. Y hace que el respirar cueste más, como si hubiera caído una losa encima del pecho y no pudiera levantarla. 

Escribo todo esto no para provocar pena, lástima, un poco de atención... Ni mucho menos. Solo que ayuda, al menos, a exteriorizar lo que me pasa e intentar asimilar (aceptar es otro tema) todo lo que va ocurriendo. Y así mantengo un poco la mente dedicada a escribir y no a pensar, hasta que caiga rendida de sueño (si el insomnio me lo permite), en algo que puede llevarme días en volver loca a la cabeza. 

Me pregunto cuándo en este blog las publicaciones serán gratas. Querido lector, has dado con una persona difícil de comprender... Y difícil de sanar.