sábado, 14 de octubre de 2023

Contienda

 Al soñar se cuenta con perder. La culpa que tiene el mundo por no salirse de la norma, el arriesgarse queda prohibido en el silencio de los ojos de la gente. El escenario vuelve a no compartirse, a desvestirse, los focos apuntan a la nada, y en esa nada el presente ya no existe. El darse a sí mismo está de moda, el donarse se ha vuelto exclusivo: el bello arte de aquellos quienes se atreven a ser. 

La tierra sostiene los duelos entre pañuelos, ignorancia y apatía. ¿Dónde ha quedado el corazón? Almas vagas, mentes cerradas, muchos anhelos. Todos disparan y nadie hace nada. La boca rebosa de juicios y las cosas más sencillas se han vuelto de oro. Por dentro el daño, por fuera el engaño. Se han atrevido a cambiar el tiempo, y éste lo está cobrando caro. 

Como un folio arrugado, un bolígrafo sin tinta. Pero la vida no es así de sencilla. La apuesta a la esperanza baja sin frenos, el amor en todos sus ámbitos está en jaque. Y todos jugamos entre blancos y negros.

viernes, 24 de marzo de 2023

Primavera

Se alargan los días y ya no hay quien lo esconda. El sol brilla con más intensidad, con más propiedad, con menos timidez. El campo se viste de nuevo en los colores que hay a su alrededor. El polen recorre el ambiente y son las flores las que marcan el ritmo de la nueva estación. 

Alegría en el rostro y buen humor, pascuas hasta en el ocaso son. Los almendros florecen, Perséfone ha vuelto a casa. Miedo e ilusión viven enfrentadas, comunicándose entre sí con voz temerosa... Y aún así, ellas se siguen latiendo solas. La tregua ha seguido su curso y ya no es un sufrimiento constante. El capullo se ha roto y las alas vuelven a batirse.

En el desorden se ha desatado un caos no buscado, pero sí amado. El barco a la deriva va y en el horizonte es donde se encuentran más respuestas, la curiosidad no está dispuesta a ser ausencia. Sin embargo, la tranquilidad acecha y por ahora la paz está pronta. ¿Puede ser que en medio del revuelo haya un sentido? 

Y, como dicen... La sangre altera.

viernes, 18 de noviembre de 2022

Cromático

 El cielo se viste de nubes de distintos colores, abarcando así el azul, gris, rosa, pequeños blancos que acabarán convirtiéndose en el naranja atardecer. Así mismo con los valles y colinas, completando la paleta de colores trayendo consigo el verde, el marrón y pequeñas pinceladas de las construcciones del hombre. Yo solo, y en este justo instante, me encuentro absorta en el paisaje y que soy incapaz de ignorar lo que llega a la retina. 

  Intento ver más allá: hojas caídas que traen la llegada de un otoño tardío, pequeños charcos de una lluvia deseada por muchos, no tanto por otros; algunos montones de alimentos que proporciona la tierra y cables que transportan luz, sin llegar a la suela de los zapatos a quien da calor... Ni siquiera es capaz de imitar su energía. Carreteras escondidas en los terrenos con riadas de coches que esperan llegar y volver a casa. 

  Sigo más allá. Veo el reflejo de maletas, asientos, abrigos y chaquetas que confirman que el frío ya está aquí. Varios ordenadores, móviles, muy pocos libros en el vagón. Veo muchos reflejos, muchos rostros, y ahí veo el mío. Una cara oculta tras la mascarilla impuesta aún por el miedo, y unos ojos que dejan ver el deseo de dejar a un lado inseguridades, complejos, y muchas mierdas. Un deseo que esperan de verdad su cumplimiento.

   Vuelvo a ver el paisaje, y la paleta de colores ya está llena, o eso es lo que pienso por un segundo. Bella creación. Y yo sonrío por poder plasmarlo en letras.


lunes, 14 de noviembre de 2022

Cuarto menguante

   Es necesario que el ciclo tome su curso, que las etapas se cierren por sí solas dando comienzo a otras nuevas, y que el corazón vaya sanando un poquito. El mar se calma y el cielo se va despejando, dando lugar al sol que tanto tiempo estaba pidiendo. "Si no es para mí, quítalo de en medio", decía. Sus tiempos no son mis tiempos, y en medio de mi desesperación, mi ruego ha sido, por fin, escuchado. Y a pesar de que ahora mismo pueda sentir confusión y desorientación, en el fondo sé que la paz está temprana, y mucho. 

   Aún así, sé que me quedan todavía mil y una batallas por luchar, muchas cosas por definir, muchas cuestiones por entender, toda la historia por aceptar. Pero si ha sido permitido, todo está bien. Y es lo que me trato de repetir para terminar de creérmelo. El presente ha hablado y en mi defensa solo puedo agarrarme a lo que es, a lo que está, sin más.

    Son las experiencias las que enriquecen la vida, y todo queda como una anécdota más para recordar, mientras la luna me observa escribir estas líneas esperando a estar completa, y ella también. 

domingo, 6 de noviembre de 2022

Veneno

  Cómo en el letargo vamos decayendo hacia un pozo que aparentemente no tiene fondo, la libertad se nos escapa de la punta de los dedos y ya no esperamos en nada. La jaula de oro va deteriorándose en cuestión de parpadeos y nadie hace nada para remediar lo que se viene encima. Ensimismados en lo que no tenemos y en el juicio se vive el día a día en un mundo cristalizado por sí mismo. 

   Dicen que ojos que no ven, corazón que no siente... Ay de nosotros, si la mente pudiera hablar. Y mientras vamos persiguiendo fantasmas y cuentos de los que es previsible un final, la mayoría de las veces desagradable, recorremos todo un mundo de papel esperando a ser talado. Y no nos damos cuenta (yo la primera) de que lo esencial es invisible a los ojos, y lo que está ahí pide auxilio. 

   Centramos las ansias en aquello que no satisface y nos alimentamos de aquello que no nutre. Al fin y al cabo, se nos va la vida deseando otra.

viernes, 21 de octubre de 2022

Pequeña victoria

  Llevaba un tiempo en el que andaba como persona errante entre la dispersión en el mundo y los combates del día a día, empeñada y terca en conseguirlo todo en mis fuerzas. He tenido tiempo para escribir, sí. De hecho, tengo varios escritos guardados, esperando para darles una forma final y subirlos al blog... Si lo veo oportuno. Pero no me había animado a la publicación hasta ahora, y he descubierto el por qué.

  Semanas atrás sentía la necesidad de buscar algo que me faltaba, que anhelaba y no sabía el qué. Las circunstancias y los combates en los que últimamente llevo inmersa me dieron la respuesta, y las ganas de animarme a la oración era lo que me empujaba hasta hoy. 

  Llevo ya unos días con otro espíritu, que fácilmente se va con cualquier cosa diminuta que ocurra durante las horas, pero siento que ahora es más fácil de recuperar, o, mejor aún, siento que dejo que entre. Y esto me está trayendo, a pesar de todo, mucha paz. 

  Muchas veces he hablado de mi opinión acerca del forzar a las letras, pero sí que me estoy dando cuenta de que si no las busco, no van a venir. Además, el estado emocional ayuda mucho a dejar fluir y siento que me sienta bien. Y sé de dónde viene eso. 

  Tengo muchos escritos algo tristes, y hablando de eso en ese texto me di cuenta de que no pasa nada. Todos tenemos derecho a estar mal. Hay necesidad de estar mal, aunque el mundo opine lo contrario. Si no sabemos qué es estar mal, ¿Cómo sabremos cuándo estaremos bien? Intentaré sacar más partido a las letras, el proyecto del blog está algo abandonado y es hora de darle algo de vidilla. 

  A fin de cuentas, junto con la oración, es lo que me da paz en muchas ocasiones... Y espero que siga así.

miércoles, 3 de agosto de 2022

Gracia

 Nos ha sido regalado un pacto sellado en fuego que no quema, en aire que acaricia, en agua que renueva y en tierra que da fruto. Y el quinto elemento es el que da sentido a lo sublime de este amor. Y mientras que la virtud del hombre cada vez cobra menos fuerza, una llama sigue encendida en medio del caos. La debilidad se cuela por las rendijas de la puerta en los tiempos propicios, pero también la ilusión sigue vibrando en los laudes de un pueblo agitado por la incredulidad.

Son palabras oscuras las que han cegado los ojos de los hombres. Han endurecido el corazón de aquellos que no tienen esperanza, desechado la paz heredada de este a oeste y sometido a la libertad bajo su dominio, obligando así a la fe cumplir un éxodo. 

Mientras tanto, en los albores de la tempestad, el árbol blanco lleva digno el nombre de superviviente de los Días Antiguos, dando paso a la espera de un nuevo día, reflejándose en el fugaz amanecer.  Aquellos a los que llaman justos han sido escogidos para perpetuar la memoria de una edad ahora desaparecida, para que la gente recuerde siempre el Gran Peligro, y ame aún más entrañablemente el país bienamado. Y eso los mantendrá tan ocupados y tan felices como es posible serlo, mientras continúe su parte de la Historia.