viernes, 18 de noviembre de 2022

Cromático

 El cielo se viste de nubes de distintos colores, abarcando así el azul, gris, rosa, pequeños blancos que acabarán convirtiéndose en el naranja atardecer. Así mismo con los valles y colinas, completando la paleta de colores trayendo consigo el verde, el marrón y pequeñas pinceladas de las construcciones del hombre. Yo solo, y en este justo instante, me encuentro absorta en el paisaje y que soy incapaz de ignorar lo que llega a la retina. 

  Intento ver más allá: hojas caídas que traen la llegada de un otoño tardío, pequeños charcos de una lluvia deseada por muchos, no tanto por otros; algunos montones de alimentos que proporciona la tierra y cables que transportan luz, sin llegar a la suela de los zapatos a quien da calor... Ni siquiera es capaz de imitar su energía. Carreteras escondidas en los terrenos con riadas de coches que esperan llegar y volver a casa. 

  Sigo más allá. Veo el reflejo de maletas, asientos, abrigos y chaquetas que confirman que el frío ya está aquí. Varios ordenadores, móviles, muy pocos libros en el vagón. Veo muchos reflejos, muchos rostros, y ahí veo el mío. Una cara oculta tras la mascarilla impuesta aún por el miedo, y unos ojos que dejan ver el deseo de dejar a un lado inseguridades, complejos, y muchas mierdas. Un deseo que esperan de verdad su cumplimiento.

   Vuelvo a ver el paisaje, y la paleta de colores ya está llena, o eso es lo que pienso por un segundo. Bella creación. Y yo sonrío por poder plasmarlo en letras.


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