sábado, 2 de mayo de 2020

Quimera

Grábame en tu memoria, así como yo te grabo en mi historia. Tatúame en el blanco de tus ojos, así como yo te tatúo en mi sangre. Guárdame no en el primero, sino en el último de todos tus cajones. Porque, como dicen, los últimos serán los primeros.

Saborea mi voz en tus oídos, dibújame en tus páginas blancas, así como yo te reservo las esquinas de las rotas. Planéame un mapa del tesoro, pero quédatelo, pues yo tengo un mapa de la felicidad donde el lugar que marca la equis hay un tesoro que no se debe enterrar.

Escríbeme tan fuerte como puedas, así como yo te pienso en voz alta. Léeme en los rasgos de tu piel, así como yo te leo y te releo en mi mente, te degusto y pienso el por qué los sueños son tan perfectos. Y tan efímeros.

Y, de repente, te desvaneces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario