sábado, 23 de mayo de 2020

Serendipia

Decidir es de valientes, quizá por eso soy tan indecisa. El reflejo del alma alza su esencia al cielo, rogando por milésima vez no serlo tanto. Desde el infierno se escucha una plegaria, allí no hay cabida para la rendición. Armarios con espejos, llenos de complejos, se sellan entre sí; señalar se convirtió en su mantra.

El eco fue parte del análisis, casi sin éxito. Desde entonces, el tiempo decidió dedicarse a sanar heridas, significado de muchos pensamientos que perduran por siglos. Páginas en blanco desean casarse con la tinta que un día les cambió el color, muchas veces se rasgan de dolor, el hambre voraz del fuego... sí quema hasta morir.

Mientras tanto, otra semilla florece en medio de la teoría del caos. Algo fue pensado, siempre hay un por qué. Bendiciones clandestinas. Suerte niña, la necesitarás. 

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