lunes, 29 de junio de 2020

Después de la tormenta...

Muchos pensamientos rondan por la cabeza en estos últimos días. La cabeza trata de organizarse como puede, y las palabras se han atascado hasta el punto de entrar en ausencia. Puede que lo hayas notado, pero no puedo pedir perdón por ello. Las circunstancias ponen a prueba a la inspiración, a quien realizo llamadas dándome a cambio llamadas perdidas en su buzón. Sin embargo, hago el intento de que las palabras salgan sin sentirse forzadas, ellas también tienen alma y corazón.

Pero aquí seguimos, intentando adaptarnos a un desastre que ha conseguido una unión un poco más fuerte. El pequeño ha revolucionado todo, y aun así ha sabido llevarlo mejor que los grandes. No puedo sentir más admiración por él... mientras que nosotros en casa intentamos no echarnos las manos a la cabeza en algunas ocasiones. Si todos estábamos mal de la cabeza, yo la primera, ahora ya ni os cuento. En el buen sentido. 

Aprovecho también para agradeceros a aquellos que habéis estado de alguna manera, presencial y espiritualmente hablando. Esta batalla no la hemos superado solos, de ello somos conscientes. Todavía la cuesta sigue subiendo, pero solo me salen palabras y sentimientos de gratitud a pesar de todo. Que se os conceda el ciento por uno. 

Ya sabéis... viene la calma.

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